Resumen TRT Edgar Martinez Arcos
LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y EL DESARROLLO DE LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN
edgar.martinez@catunesco.upc.edu
En los inicios de la década de los años sesentas América Latina pasa a ser objeto de los “beneficios” del sistema de cooperación internacional para el desarrollo, en el marco general de las relaciones capitalistas de producción que determinaron un amplio espectro de dependencia externa y dominación interna. Han pasado más de cuarenta años y la realidad de esta región del planeta es cada vez más lacerante, hoy se debate en medio de la pobreza, el hambre, el desempleo, la corrupción ............, y así como van las cosas, la luz al final del túnel no se visualiza con claridad.
En el campo de la educación la situación no puede ser mejor, ni los recursos financieros peor aún los técnicos venidos desde el Norte en calidad de cooperación, han servido para mejorarla. A la vista de todos está un sistema educativo que en la mayoría de países de la región se desmorona de a poco, con modelos pedagógicos obsoletos centrados en la copia y no en la construcción de conocimientos, con unos docentes mal formados y mal pagados, con porcentajes de analfabetismo clásico que en algunos países superan el 20% (se suma el analfabetismo tecnológico), con la presencia de problemas de antaño como la exclusión escolar de cientos de miles de niños y de jóvenes, o el famoso divorcio entre la educación y las necesidades del aparato productivo .......... En este contexto las preguntas sobran:
· Para qué ha servido la asistencia técnica y financiera emanada desde la “filantropía” de los países del Norte?
· Cuáles son las finalidades reales que persigue la cooperación internacional?
· La cooperación internacional se inscribe en el marco de las relaciones solidarias o predomina en ellas el criterio del mercado?
· Acaso una buena parte de la deuda externa que agobia a los países de América Latina no es una consecuencia de los créditos otorgados en el marco de la cooperación internacional?
· Acaso la escasez de recursos económicos para el desarrollo educativo en América Latina no tiene como causa principal a los altos porcentajes del PIB que los países deben orientar al pago de los intereses y de otros servicios de la deuda externa?
· Por qué las agencias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, imponen sus políticas como condición imprescindible para entregar sus créditos?
· Si estas agencias imponen políticas, consultores, inclusive en muchos casos se conoce que obligan la realización de contratos para adquisición de recursos tecnológicos y materiales, por qué no se responsabilizan de los resultados de los proyectos?
· Por qué los países de donde nace la idea del actual proyecto de Canje de Deuda por Educación, son los mismos países proveedores?
· Con todos estos cuestionamientos, es ética la cooperación financiera y tecnológica que los países del Norte prestan a los países del Sur?
· No será que a través de la cooperación internacional los países del Sur continuamos financiando el derroche y el consumismo de los países del Norte?
· No será mejor que los países del Sur debamos prescindir de la “filantropía” de los países del Norte?
· Acaso con este tipo de cooperación no estaremos eternizando el subdesarrollo de los países pobres?
En medio de este océano de cuestionamientos, y por lo menos hasta donde hemos avanzado en el presente estudio, establecemos que la cooperación internacional no ha cumplido con las expectativas que tienen los países del Sur, en consecuencia es necesario repensarla, realizarla de otra manera por quienes intervienen en ella: gobiernos, agencias, ONGs, es necesario llevar a cabo una cooperación más ética y menos injusta, retrabajando sus concepciones de solidaridad, desarrollo, relaciones internacionales ...................
En esta línea, algunas recomendaciones a propósito de mejorar la cooperación internacional para el desarrollo educativo de los países de América Latina, en el marco del pensamiento sostenible, son las siguientes:
· El sistema de cooperación internacional no debe alentar en los países del Sur la práctica y vigencia del modelo occidental de desarrollo (industrialismo), centrado en la depredación del planeta y en la destrucción de la diversidad cultural. No se puede cerrar los ojos a la realidad, el modelo es tan irracional que a mayor desarrollo genera mayor inestabilidad y desequilibrio de la naturaleza y de la sociedad
· Es imprescindible repensar al modelo de desarrollo occidental, caracterizado por ser en esencia excluyente. A mayor riqueza, el modelo genera mayor concentración, mayor pobreza y mayor destrucción de los ecosistemas.
· Las políticas de las agencias de cooperación internacional deben sustentarse en concepciones holistas de desarrollo, que llevarían a considerar la existencia de tantas cosmovisiones cuantos sujetos sociales existen, en consecuencia no hay un solo futuro sino varios futuros, tampoco hay uno sino varios paradigmas de desarrollo.
· Como una verdad irrefutable, la cooperación internacional debe orientar sus mejores esfuerzos al logro del desarrollo humano en los países pobres, en un ambiente de respeto y convivencia con la naturaleza. Privilegiando la formación ética, el culto a la inteligencia y la promoción de la personalidad humana. Estamos de acuerdo que el desarrollo económico siempre será importante, sin embargo, no debe perderse de vista jamás su función instrumental.
· Las agencias y los organismos internacionales no deben descuidar el carácter sistémico de la crisis, deben comprender que no solo los países en vías de desarrollo están en crisis y que ésta afecta a todos por igual, a países ricos como a países pobres, a los del Este como a los del Oeste, a los del Sur como a los del Norte. Además, la crisis no solamente es económica, sino también social, cultural, moral, ética. Es una crisis de civilización, con la particularidad de que su radio de acción no solo alcanza únicamente al género humano sino que amenaza con extinguir a todos los seres vivos del planeta.
Con fines educativos es necesario recordar que la crisis que estamos viviendo no ha sido provocada por la evolución de la naturaleza, sino por el pensamiento humano, por la ciencia, por la técnica y por la razón con los que hemos “construido” (y destruido) este mundo. Es una crisis de pensamiento que ha desligado al hombre de la naturaleza, es más, el hombre la ha convertido en su enemiga a la que hay que “dominarla” para arrancarle sus frutos, para eso ha servido la ciencia y la tecnología, para envenenarla, destruirla, despojarla, y últimamente para intervenir directamente en su procesos de evolución a través de la investigación genética. En este contexto, a través del financiamiento de proyectos específicos, las agencias de cooperación deben ayudar a este cuestionamiento impostergable de la epistemología y la Ontología de la ciencia moderna, con las que hemos generado un conocimiento positivista y construido esta sociedad del “bien estar” en función de un consumismo irracional y de la negación ética del ser humano.
· La cooperación internacional debe estimular para que las políticas educativas se sustenten en valores éticos y morales esenciales a la identidad Latinoamericana, en la perspectiva de contribuir a lograr un ciudadano consciente de su rol en el desarrollo de los países y de la región. Algunos de estos valores, tomados del Pronunciamiento Latinoamericano por una Educación para Todos[1], son los siguientes:
o El valor supremo de la persona y la búsqueda de un sentido de la existencia humana.
o El sentido comunitario de la vida característico de nuestras culturas, principalmente las indígenas.
o La multiculturalidad y la interculturalidad.
o La apertura y valoración de formas de conocimiento y de aproximación a la realidad que trasciende la racionalidad instrumental.
o La libertad entendida como una conquista sobre nuestros egoísmos y los de los demás, como construcción de la autonomía de la persona y de su sentido de responsabilidad, como superación de todas las opresiones mediante la comprensión del opresor y la disposición a compartir con éste la tarea de construir un mundo para todos.
o El trabajo como medio de realización personal y por ello derecho fundamental.
o La búsqueda del otro en la construcción de un nosotros que fundamente el sentido ético de la vida humana y la presencia constante de la utopía y la esperanza
· América Latina y el Tercer Mundo no quieren más de lo mismo, es decir, no requieren apoyo financiero y técnico para continuar con un modelo pedagógico obsoleto. En esta línea, la cooperación debe jugar un papel muy importante en la transición de los currículo tradicionales a modelos más sostenibles, esto es, de aquellos centrados en la memorización de la información a los que privilegian la investigación y la construcción del conocimiento, pues los hábitos, destrezas y habilidades necesarias para aprender a aprender deben adquirirse en los niveles de la educación escolarizada, primaria, secundaria y universitaria.
· No a las iniciativas regionales y mundiales que han reducido erróneamente el concepto de calidad educativa a lo que significa únicamente ampliación de la cobertura, ampliación del acceso, disminución del porcentaje de analfabetismo, a la eficiencia o la eficacia. Cantidad sin calidad tiene muy poco sentido cuando se trata de formación de los seres humanos, tergiversa las reales finalidades, confunde lo accesorio con lo esencial, no prioriza lo importante frente a lo urgente.
· La débil imagen que sobre la solidaridad de los países del Norte tenemos en los países del Sur, tiende a desaparecer cuando pensamos que la mayoría de países de América Latina deben destinar anualmente al pago por los servicios de la deuda externa (léase intereses) entre el 40% y el 52% de sus presupuestos curiosamente a los mismos países “donantes”. Todo esto sabiendo que hasta la actualidad los países de la región han cancelado en esta línea aproximadamente un 800% sobre lo prestado, y que los países “donantes”, inmoral y sistemáticamente siguen apretando las economías débiles de los pueblos latinoamericanos a quienes dicen “ayudar”. En este contexto y con una renovada conceptualización de la solidaridad internacional, las agencias de cooperación deben coadyuvar sus esfuerzos por que la deuda se transforme en recursos frescos a invertirse en educación y desarrollo humano en general.
· Entonces, la solución al subdesarrollo educativo en América Latina y los países del Tercer Mundo, no está en que nos “donen” más dinero para aumentar la deuda externa y continuar agravando nuestra situación financiera (es curioso, pero los países prestamistas aparecen como países donantes). Muchas veces estos dineros han sido vistos como parte de la “troncha” o del pastel al servicio del o los partidos políticos de turno, por lo que los proyectos son manejados, no precisamente por profesionales idóneos, serios y responsables, sino por personas sin el perfil requerido, con el único mérito de pertenecer a las esferas altas del círculo de gobierno. Las agencias multilaterales, jamás se han hecho responsables de los resultados del proyecto, y en la mayoría de las experiencias en América Latina, éstos han sido negativos para la sociedad y el medio ambiente.
· Las agencias internacionales deben dejar a un lado esa visión sectorial del desarrollo educativo, de tal manera que los problemas de la educación en América Latina no se resuelven con la intervención exclusiva en este sector, es un problema que requiere ser atacado desde varios frentes: social, económico, cultural. Más aun si tenemos la convicción de que la educación es un importante medio de redistribución económica y de acceso a niveles básicos de bienestar social. Un analfabeto que ha adquirido la herramienta de la lectoescritura en los países del Sur, no tiene garantizada una vida decente, necesita de otras herramientas y bases económicas mínimas. Inclusive para aprender a leer y escribir necesita de una base económica mínima. Todos estamos de acuerdo en sostener que la educación es un factor importante de equidad social, pero en el contexto actual de América Latina también es importante reconocer que un nivel básico de equidad social es condición necesaria para que la acción educativa sea exitosa.
· Es necesario reforzar la concepción del mundo desde la diversidad, lo que significa considerar las especificidades propias de cada país, pues no es racional formular las mismas políticas educativas para todos los países en desarrollo (pensamiento único), desconociendo su historia, su cultura y sus propias direccionalidades. Lo diverso y lo específico en el discurso del desarrollo educativo, implica que cada país debe pensar en SU desarrollo, en SUS formas de desarrollarse, construyendo sus políticas desde adentro, desde su propio contexto, con la participación de todos los implicados, claro está, en el marco de las imprescindibles relaciones internacionales a nivel regional y global.
· La cooperación internacional para el desarrollo educativo en América Latina debe recuperar lo “público”, en consecuencia debe fortalecer la institucionalidad del estado y de sus organismos específicos, y no tratar de denigrarlos y destruirlos en la perspectiva de potenciar al subsistema de educación privada.
· Es necesario ampliar el horizonte temporal de la cooperación internacional, pues el desarrollo educativo requiere de mayor tiempo que el desarrollo físico, situación que exige de las agencias de cooperación revisar sus enfoques de proyecto y de corto plazo, y actúen con visión de mediano y largo plazo. No se puede esperar resultados de un día para otro.
· La participación de la mayor cantidad posible de implicados, debe ser una condición básica al momento de decidir el financiamiento de los proyectos de desarrollo educativo por parte de las agencias de cooperación, pues éste es el mecanismo más adecuado para determinar su grado de legitimidad y niveles de coherencia con los problemas y necesidades del entorno.
· Promover la coordinación entre los organismos internacionales, de esta manera se evitaría la duplicación de esfuerzos y el despilfarro de recursos.
· Las agencias internacionales de cooperación deben exigir como condición esencial para financiar proyectos, transparencia y disponibilidad total de la información. No se puede seguir manteniendo en la clandestinidad a los proyectos de cooperación internacional en América Latina, la ciudadanía demanda mayor información en la posibilidad de empoderarse del proyecto y de participar no solamente como receptora de beneficios sino como sujetos capaces para diseñar su destino. Es necesario que exista toda la información posible a disposición de la población, para lo cual se pueden utilizar una diversidad de medios: radio, televisión, páginas Web, prensa escrita, etc. Etc. Se debe convocar a la gente para decidir lo que se va hacer, para informar lo que se está haciendo, cómo se está haciendo, con qué recursos, cuáles son los expertos que están trabajando, cuánto le cuesta al país su participación, et. Etc. Cómo hablar de participación ciudadana cuando la gente desconoce de estos procesos?.
· En los países del Norte no se debe confundir las finalidades de la cooperación al desarrollo con sus políticas de empréstitos o de promoción de sus sistemas empresariales, pues mientras la cooperación se debe sustentar en principios estrictamente de solidaridad y ayuda a los que no disponen de recursos y se encuentran atravesando por momentos realmente difíciles, la segunda opción significa establecer relaciones comerciales que naturalmente se orientan al lucro y la ganancia.
[1] Disponible en: www.fronesis.org/prolat.htm
1 comentari/s:
Muy interesante...
Dos comentarios amistosos:
1.- "El culto a la inteligencia"... Imagino lo que quieres decir, pero no me parece precisamente algo que haya que potenciar.
2.- La idea misma de cooperacion al desarrollo me parece peligrosa. En la pràctica no es mas que un mecanismo de dominacion más o menos consciente. Creo que la única cooperacion realista es aquella que apoya a los movimientos sociales que intentan conseguir mayores cotas de democracia y ddhh, cambiar el modelo de 'progreso heterónomo'.
Felicidades por el resumen.
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